Una vena gruesa y alargada, en forma de anaconda, serpentea al brazo de Carlos Alcaraz desde el deltoides hasta la muñeca. La tensión muscular desemboca en la empuñadura y ahí, el murciano, 18 años pero como si tuviera 30 por la naturalidad con la que despacha la primera ronda australiana, descarga en su máxima expresión: cañonazos que escupen la bola por encima de los 200 kilómetros por hora y que empujan hacia el murete oscuro del fondo, una y otra vez, al chileno Alejandro Tabilo. Este, peleón, guerrea con su zurda, replica y se estira a la caza de la estela amarilla, pero sabe que no hay vuelta de hoja y termina entregándose: 6-2, 6-2 y 6-3, en 1h 54m.
El murciano, arrollador ante Tabilo (6-2, 6-2 y 6-3), irrumpe en Melbourne tras completar toda la preparación en casa y sin límites: “Me gusta que me respeten”Read More