Da igual dónde nazcan, las causas que defiendan, el poder contra el que se alcen. Las revueltas, a menudo, terminan de la misma forma: “Mira, ahí hay sangre”, advierte Serik junto a sus pies, para no pisar el charco. La mancha refulge de un color rojo intenso sobre la tierra, como si fuera vino, parece aún húmeda bajo el sol pálido y frío de invierno que golpea sobre la plaza de la República en Almaty, el corazón de las violentas protestas que han sacudido Kazajistán y han llegado a poner en jaque a este inmenso país de Asia central, sacudiendo a su vez el tablero geopolítico en el patio trasero de Rusia.
La ciudad que vivió las escenas más duras de las revueltas recupera la normalidad bajo un férreo control militarRead More